"Cuando acabe el verano me organizo y empiezo bien el nuevo curso".
"El lunes me pongo ya en serio y limpio el correo".
"Ahora no porque estoy muy liad@, pero el mes que viene ya sí que sí me organizo bien y a ver si saco un poco de tiempo para ir a correr".
... ¿Alguna vez te ha pasado que no te da la vida para hacer todo lo que quieres pero a la vez no tienes ningún tipo de organización porque piensas que ni para eso tienes tiempo...?
A mí sí.
Incluso varias veces he sufrido una de las peores reacciones que puedes experimentar cuando tienes mucho nivel de trabajo: el temido burnout.
Sí, ya sabes, cuando te sientes "quemado" por el continuo estrés al que estás sometiéndote. Y ojo que puntualizo: eres tú el que te estás exponiendo al estrés, porque formas de evitarlo hay muchas. Y te lo digo yo que he pasado por unos cuantos de esos episodios.
El primero fue tras el lanzamiento de la END en 2017.
La escuela acababa de nacer y yo puse toda mi vida en ello.
Fue tal el pico de trabajo que tuve que buscar a personas que me ayudaran con el soporte. Lo hice cuando ya todo estaba en marcha, no sé cómo no lo vi venir.
Por aquel tiempo todavía pensaba que yo podía hacer (casi) todo solo... pero no.
Tuve que buscar colaboradores que me ayudaran en esos primeros días. Pero luego, las personas que me dijeron que sí, me dijeron que no... Con tan poco tiempo de margen, lo pasé fatal.
Y ahí empezó todo.
Seguí con mi viaje de la vuelta al mundo pero estaba megahiperagobiado... Y además le traspasé todo ese agobio a mi equipo. Decidimos que teníamos que parar pero en realidad no lo hicimos.
Y entonces una extraña gripe me dejó tumbado en la cama en Manila. Si tú no paras, el cuerpo se defiende y te desconecta. Lección aprendida.
Este tipo de situación al límite es una barbaridad totalmente improductiva.
¿Para qué te sirve llegar a este extremo?
Llegar a este punto es arriesgarse a tirarlo todo por la borda, incluido tu negocio y la salud mental.
Mira, te cuento otras barbaridades improductivas que cometemos a menudo:
- No reservar tu tiempo libre y dejar que el trabajo lo invada.
- Trabajar en varias cosas a la vez creyendo que así trabajas más rápido.
- Leer todos los mensajes de WhatsApp y los correos en cuanto te entran...
Todo esto te puede llevar a un nivel muy bajo de productividad. Justo lo contrario de lo que tú pretendías... No tiene sentido, ¿verdad?
A mí me llevo un tiempo arreglar este problema.
Por eso creo que es importante que seas consciente de que lo que haces en tu día a día tiene consecuencias y que tener incorporados en la rutina diaria unos buenos hábitos de productividad te proporciona felicidad.
Sí, sí, felicidad.
¿Acaso no eres más feliz sin estrés y con tiempo libre?
Pues claro que sí.
Y por eso precisamente te escribo hoy. Si sufres a menudo situaciones de estrés y agobio que se producen por una falta de planificación y una organización real, tengo la solución para ti.
>> Leer esta guía práctica de gestión del tiempo que acaba de publicar Christian Morillas.
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