Bonus track
En el capítulo anterior de nuestra aventura por África, te contaba que tuvimos un encuentro al amanecer con hipopótamos...
Esto es lo que ocurrió.
Una de las noches que pasamos con los masais, no lo hicimos en el campamento sino que acampamos en la sabana. ¡Vaya pasada!
Dormimos escuchando a las leonas llamar a la manada, los enormes "bostezos" de los hipos, a las hienas merodeando al lugar... Y por supuesto, sentíamos cómo los masais nos cuidaban y ahuyentaban cualquier peligro.
Una experiencia fascinante en un lugar de ensueño.
Al amanecer, salimos a caminar por la zona para hacer un safari a pie. Nos enseñaron, entre otras muchas cosas, cómo leían las huellas de los animales y cómo esta señal les indicaba si el lugar era seguro y hacia dónde tienes que ir.
Paseamos entre ñus, gacelas, facóqueros, avestruces, topis, cebras, jirafas... Águilas y rapaces más pequeñas nos sobrevolaban.
Íbamos caminando cerca del río cuando vimos 2 hipopótamos que regresaban de su paseo nocturno. No sé si lo sabes pero los hipos salen del agua para comer y lo hacen de noche porque no soportan la radiación solar.
William, el jefe masai, nos pidió silencio. Lo primero que tienes que hacer si te cruzas con hipos, si no te ven todo bien.
Pero alguien hizo un ruido que los alertó y cambiaron su rumbo hacia nosotros en plan "modo ataque". No sé si lo sabes pero los hipopótamos son bastante rápidos por tierra...
Inmediatamente William se colocó delante empuñando su lanza para proteger al grupo. Los masais que venían siguiéndonos en un 4x4 aceleraron y se pusieron delante, entonces los hipos cambiaron el rumbo.
Todo se quedó en un susto gracias a la rápida actuación de nuestros amigos masais. Ahí sentimos realmente que íbamos con unos auténticos profesionales y que controlaban mucho.
Desde aquí enviamos todo nuestro agradecimiento a William y a su comunidad por el gran trabajo que hacen en su campamento-ONG.
Esta experiencia de vida que hemos sentido en Kenia no la cambiamos por nada. El viaje ha sido muy revelador, nos ha hecho crecer personalmente y siempre estará en nuestros corazones.
Lo mejor de todo es que ha sido un viaje solidario en el que además de conocer las maravillas de este país, se nos ha dado la oportunidad de poner nuestro granito de arena y ayudar. Eso es importante.
En un viaje solidario como este haces turismo responsable, te vinculas a los proyectos sociales que visitas y descubres la verdadera Kenia de la mano de las comunidades locales.
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