Bonus track
Lo último que te conté de nuestro viaje a África fue que dejábamos Kenia.
Se acababan las vacaciones y el grupo se dividía.
La mayor parte del equipo regresaba a España junto con Javi Bermúdez (el afiliado ganador) para pasar las Navidades en familia.
Alicia y su familia se iban de vuelta a su hogar en Zambia.
Cris y yo, rumbo a Tanzania a seguir admirando paisajes asombrosos y la fauna del lugar.
Lo que no sabíamos es que el viaje de los que volaban hacia España iba a ser tan... "ajetreado". O_O
Les pasó de todo.
El vuelo en el que volvían se retrasó, por lo que perdieron el siguiente enlace y los vuelos internos de España.
Tras esperar 4 horas en el aeropuerto de Nairobi, les dieron una ruta alternativa que suponía, no solo llegar con más de 8 horas de retraso al destino, sino tener que tomar tres aviones en lugar de dos, como tenían previsto.
Así que tuvieron que hacer Nairobi - El Cairo, El Cairo - Roma , Roma - Madrid... Además, cada uno de estos vuelos sufrió retrasos. Una locura.
Después de más de un día entre aeropuertos de Kenia, Egipto, Italia y España llegaron a casa sin equipaje porque las maletas se perdieron por ahí...
Vaya vuelta, ¡algunos casi se pierden la cena de Nochebuena!
Nosotros mientras tanto ya estábamos en el Serengeti National Park, uno de los parques nacionales más grandes de África.
El Serengeti, un lugar al que llaman la gran sabana.
Según los masai, "allí donde la tierra se prolonga eternamente" o "las llanuras infinitas".
Una extensión de tierra salpicada de acacias que parece inacabable y que se fusiona por el norte con su hermana Masai Mara.
Allí, por fin, el último de los Big Five que nos faltaba por ver apareció: el leopardo.
Wow! Un animal bellísimo que nos dejó boquiabiertos.
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